Colorear no es solo bueno para los niños, quizás te interese saber que los adultos podemos beneficiarnos de esta práctica tan sencilla.
Colorear es una actividad que siempre relacionamos con los niños. La mayoría de nosotros lo recuerda como una labor divertida donde se podía ser tan creativo como fuese posible, usando todos los colores disponibles. Pero a medida que vamos creciendo, decidimos que ya estamos muy viejos para seguir coloreando y que los únicos adultos que deben hacer este tipo de cosas son los artistas gráficos.
Estas ideas comienzan a cambiar, una nueva tendencia de libros para colorear dirigidos a los adultos, con sujetos un poco más subidos de tonos que los típicos animales de la pradera, objetos y caricaturas que vemos en los libros para niños, ha surgido. Lo bueno es que esta moda, a diferencia de muchas otras, es excelente para la salud, especialmente porque es una manera increíblemente buena de liberar estrés, algo importante para cualquier persona.
Colorear como forma de terapia
Carl Jung, el psiquiatra y psicoterapista suizo que fundó la psicología analítica, tiene el crédito por haber introducido el concepto de crear y colorear mandalas en el mundo occidental como una manera de representar la personalidad entera de una persona. Esta idea ha sido usada por muchos psicoterapistas y ha evolucionado en el presente hasta el punto en el que existen terapistas de arte, como Cathy Malchiodi, quien cree que los libros para colorear son el camino para llegar a través de la meditación y la atención plena a nuestros pensamientos.
Colorear reduce el estrés y la ansiedad
Según la psicologa Gloria Martínez Ayala, la acción de colorear necesita que nuestro cerebro entre en un estado de creatividad para poder mezclar y combinar colores, pero también debe aplicar la lógica para poder entender qué figuras se están formando cuando se colorea. Para que el cerebro haga todo esto necesita activar la corteza cerebral que es donde se manejan la vista y las habilidades motoras, necesarias para hacer movimiento pequeños y precisos cuando se colorea. Todo el proceso hace que nos tengamos que concentrar en una sola actividad que es divertida y que, además, nos recuerda buenos momentos de nuestra niñez, lo que, a su vez, logra que dejemos a un lado las preocupaciones de la vida adulta y el estrés, aunque sea por unos minutos al día.
Colorear ayuda a manejar problemas de insomnio
Dormir es una parte importante de la vida, pero, lamentablemente hay muchas personas que sufren de insomnio. Existen muchos remedios para este problema, pero también hay terapias para ayudarte a dormir de manera regular. Una de ellas es la terapia del color, que se basa en la forma en la que el color nos estimula. Por ejemplo, el azul y el blanco son colores que tienen un efecto relajante en el sistema nervioso, mientras que el rojo sube la presión sanguínea y el pulso.
Aquí es cuando la terapia del color va un poco más allá. Según Judy Woods de Telegraph, su hija sufre de insomnio, así que decidió llevarla a expertos en patrones del sueño y estos le aconsejaron que además de hacer algunos cambios en el ambiente de la habitación, también coloreara alrededor de media hora antes de irse a dormir. La actividad le relajaría la mente hasta el punto de eliminar la ansiedad que sentía cada vez que tenía que irse a dormir. Esto sucede porque el uso de los colores y la concentración requerida para la tarea obligan al cerebro a vivir en el momento, sin elementos de competencia o de un posible fracaso.