Cuéntame tu Navidad

“Mi hijo pequeño nació el día de San Esteban y siempre reñía porque decía que tenía que dejarle tres regalos.”

“Una Navidad de hace muchos años: En mi casa poníamos el Nacimiento y todos los días aparecían todas las figuras tumbadas (animales, personajes…) y descubrimos que una sobrina, todas las noches ponía todas las figuras a dormir”

“Un año me habían traído los Reyes Magos una muñeca de goma y el primer día me la pintó toda uno de mis hermanos.”

“Quiero contar mi recuerdo de Reyes de hace muchos años: Yo pedía a los Reyes Magos una muñeca de cartón, no había como las de ahora. Como mis Reyes eran pobres y ese año había nevado mucho, los camellos no pudieron pasar por el Pajares y yo me quedé sin mi muñeca. Ese es mi recuerdo.”

“Recuerdo la Navidad de mi primera infancia como un tiempo entrañable y divertido.
Como hija única que era, echaba de menos niños con los que jugar, y era en estas fiestas cuando la casona en la que nací y vivía, se llenaba de primos, niños 5 o 6 años mayores que yo y con aficiones y juegos diferentes a los que yo solía jugar.
Mi primo Rubén ya sabía entonces que de mayor quería ser químico, como así fue, y pasaba el rato haciéndonos experimentos de lo más variopintos.
Nunca olvidaré el día en que nos demostró como se hacía un cohete con palillos de dientes y cerillas. En la mesa grande de la sala, que en casa llamábamos “cuarto de atrás”, con las contraventanas cerradas y la luz apagada; colocando las cerillas en forma de tienda de los Indios Apaches y dos palillos en el centro de ellas; les prendió fuego y los palillos salieron disparados hacia el techo, como verdaderos Sputniks.
Por supuesto, el experimento duró hasta que la tía Luisa se percató del jueguecito y ante el temor a una tragedia, escondió las cerillas”

“Mi Navidad transcurrió en una pequeña aldea de Belmonte de Miranda por lo que esta celebración era muy sencilla, pero no faltaba el turrón y alguna cosa más, ni faltaba la reunión familiar que resultaba muy amena.
Con respecto a los Reyes Magos, dada la lejanía, llegaban algo flojos de materiales pero con poco nos conformábamos.
¡Espero que este año sean buenas para todos!”

Mi recuerdo es preparando les ablanes (avellanas) para les casadielles, por la noche las cascábamos y al día siguiente mi madre las hacía (estaban buenísimas). Mi padre nos traía un carrascu (Acebo) y lo adornábamos.
¡FELIZ NAVIDAD!

Pensar en mis nochebuenas para hacer esta redacción me llena de felicidad y de nostalgia ¡¡lo pasábamos tan bien….!!
Nos reuníamos en San Claudio, en casa de mis padres, toda la familia: mis hermanas, mis cuñados, mis sobrinos, en total unos 20.
Mi madre hacía siempre, como plato principal, carne en rollo y esa tradición se sigue manteniendo en mi casa, en la de mis hermanas, y en la de algunas sobrinas, es como una forma de seguir juntos a pesar de la distancia.
Como éramos muchos, recoger era una tarea rápida, porque todos deseábamos terminar para jugar a la lotería hasta altas horas. Algunos años nos quedábamos todos a dormir, ¡qué follón!, pero que divertido….
Y el día de Navidad algunos íbamos a misa y siempre comíamos todos juntos de nuevo.
¡¡¡Qué recuerdos…!!!

Las Navidades de mi infancia no han sido agradables. Cuando estalló la guerra civil tenía un año y por encontrarse nuestra casa entre dos frentes nos tuvimos que ir a otro lugar. No hubo Navidades ni Reyes en varios años, no había dinero para festejarlo.
Recuerdo que pasados algunos años, me trajeron una pelota hecha con el estilo de un balón, rellena de viruta de corcho. A las cuatro patadas se rompió.
No sigo porque todo fue muy triste. Lo siento.

Cuando llegan estas fechas, dentro de mí se activa mi mente y me trae siempre este recuerdo.
Recién llegada para pasar las vacaciones, ya que estaba interna, tenía 11 años, eran los años 60. Mi madre tapándome los ojos me dice que tengo una sorpresa, me encamina hacia la salita y al abrir los ojos, tenía ante mí un gran abeto lleno de adornos y luces parpadeando. Me abracé a mi madre no podía parar de llorar, porque sabía el sacrificio que hacían para darme todo lo que ellos no habían tenido.
Este recuerdo siempre está latente en mi ser.

Mi Navidad de la infancia fue feliz a pesar de las carencias que había, tenía turrón escaso, pero mi madre siempre me llevó a la Cabalgata de Reyes desde Llanera, que era donde vivíamos y recuerdo a mi madre decirme: “Mira hija, en esos paquetes que llevan los Pajes, seguro que va algo para ti.” Y claro que había algo para mí.

Mi recuerdo es preparando les ablanes (avellanas) para les casadielles, por la noche las cascábamos y al día siguiente mi madre las hacía (estaban buenísimas). Mi padre nos traía un carrascu (Acebo) y lo adornábamos.
¡FELIZ NAVIDAD!

Pensar en mis nochebuenas para hacer esta redacción me llena de felicidad y de nostalgia ¡¡lo pasábamos tan bien….!!
Nos reuníamos en San Claudio, en casa de mis padres, toda la familia: mis hermanas, mis cuñados, mis sobrinos, en total unos 20.
Mi madre hacía siempre, como plato principal, carne en rollo y esa tradición se sigue manteniendo en mi casa, en la de mis hermanas, y en la de algunas sobrinas, es como una forma de seguir juntos a pesar de la distancia.
Como éramos muchos, recoger era una tarea rápida, porque todos deseábamos terminar para jugar a la lotería hasta altas horas. Algunos años nos quedábamos todos a dormir, ¡qué follón!, pero que divertido….
Y el día de Navidad algunos íbamos a misa y siempre comíamos todos juntos de nuevo.
¡¡¡Qué recuerdos…!!!

Las navidades de mi infancia todas fueron muy felices. Somos tres hermanos y fuimos muy queridos, tuvimos unos padres fabulosos.
Poníamos el nacimiento en la Iglesia de la parroquia, cantábamos villancicos y recitábamos poesías el día de año nuevo, después de Reyes se quitaba y a seguir.
Para Reyes no pedíamos nada, lo que nos trajesen, juguetes nunca, no se podía, pero nunca nos quedamos sin regalos, prendas de vestir o calzado y mucho cariño. ¡Cuánto los echo de menos!

Yo me crié en un pueblo pequeño del concejo de Grado, que se llama Moutas y teníamos ganado y trabajábamos en el campo y para las navidades se mataba un pollo y era como se celebraba, se hacía una sopa y se guisaba con patatinas en la cocina de carbón y estaba buenísimo, luego se hacía el turrón del pobre, que se hacía boroña que la llamaban Excaldada porque era con harina de maíz y de trigo, se cocía se desmigaba y se hacía con leche, manteca, miel y azúcar, se llama Excaldao y está muy bueno pero es muy contundente yo todavía alguna vez lo hago pero solo con pan. Yo el turrón no lo probé hasta por lo menos los 13 años, en los pueblos no se compraba, por lo menos en mi casa.

NAVIDAD MÁGICA
Un día de hace muchos años, aproximadamente 53 años. Había un grupo de personas vinculadas con la Basílica de San Juan, donde yo iba. Decidieron llevar los Reyes Magos a un pueblo de montaña para entregar regalos a los niños. Fue impresionante, estaba nevado, los Reyes a caballo con sus pajes, yo era uno de esos pajes, el pueblo contentísimo al verlos. Nos dieron la bienvenida, una misa, y el reparto de los regalos. Todos felices, fue muy emocionante. A pesar de los años y de que nuestras vidas han cambiado nunca lo olvidaré.

Mis recuerdos son muy buenos, de mi niñez fui muy feliz, la Navidad con mis abuelos y tías la nochebuena mataban un pollo y con los menudos hacían caldo y el resto guisado. De postre casadielles y manzanas asadas.

Cómo pasé de niña la Navidad; soy de un pueblo de Palencia que se llama Bachillo, en Navidad lo que más se hacía era sobre la religión. El día de Nochebuena se iba a Misa del Gallo a las doce de la noche cuando nacía el niño Jesús. Turrones no había, se comían castañas asadas, en Año Nuevo se iba a pedir El Aguinaldo a casa de vecinos y familiares. No se me olvidan las uvas que nos daba un familiar, las tenía en el desván y estaban arrugadas pero riquísimas. El día de Reyes los regalos eran una pizarra para escribir y una caja redonda que traía una figura de mazapán y bolitas dulces. Lo pasábamos muy bien y tuvimos una infancia feliz con mis hermanos que éramos cinco, aunque con las que más jugué fue con las dos mayores.

Allá por los años 1954 hasta 1962.
Yo vivía en un pueblo pequeño pero bonito. Allí estaba libre, corría por el campo, la calle, cruzábamos las vías del tren a ver pasar los viajeros y nadie nos regañaba, éramos libres. Mi recuerdo de la Navidad; pues muy bonita. La Navidad en mi pueblo empezaba con la matanza de los cerdos, la casa se llenaba de comida, de gente que iba a ayudar, entonces la celebraba con mis abuelos, padres, hermanos y a veces los primos. No había los manjares que hay hoy, ¡pero sabía todo tan bueno…. ¡ nos hacían Roscón, Flores, rosquillas y siempre había turrón duro y blando, lo pasábamos muy bien.
Luego venían los Reyes, eso ya era otro cantar, traían más o menos lo que nos gustaba, mandarinas, caramelos, cacahuetes, higos etc. y unas zapatillas. En Castilla es costumbre de ir a casa de los padrinos por el agüinaldo. A primera hora ya me invitaban a comer, volvía a casa con un paquete de cosas, más bien dulces, y una muñeca todos los años, pero no me duraba ni dos meses nueva. Mis padrinos eran mis tíos Victor y Lucía, matrimonio. Cuando llegaba a casa mis hermanos traían dos paquetes cada uno y ahí se armaba, yo quería también dos paquetes. Ellos tenían el padrino en una casa y la madrina en otra y yo desconsolada, pero solo el día de Reyes, porque al día siguiente era la fiesta del pueblo y había música y se me olvidaba todo. Se me olvidaba decir que allí los Reyes llegaban en tren, ¡qué ilusión!, todavía hoy llegan para los pocos niños que viven allí.

Me acuerdo mucho,
de cuando era niña,
mi recuerdo; de cuando
mi mamá me hacía rosquillas,
el día de nochebuena
venían mis amigas a mi casa,
mi mamá nos tocaba
la jota con una lata,
bailábamos,
cantábamos un villancico,
mi papá nos aplaudía,
¡qué recuerdo tan bonito!.
mi mamá me hacía
Una muñeca de lana,
el día de Reyes
Me la ponía en la alpargata,
Me fui de mi pueblo
Fasgar que quiero,
Porque allí tengo mis recuerdos,
Y sé que volveré al lugar de donde vine,
Para fundirme en la tierra con los míos,
con todos los que quiero.
Hoy nos dan las vacaciones,
me despido de todas mis amigas,
mi profesora Verónica
que nos enseña muchas cosas.
Hasta el 13 de enero,
Que vuelva a empezar la clase que es lo que yo quiero.
FELIZ NAVIDAD

Recuerdo la primera Navidad que pasé en el pueblo,donde todos los niños fuimos a ver las estrellas, para ver si venía la que traía a los REYES MAGOS.

La navidad en mi infancia fue bastante alegre,hasta los siete años ,en esa edad murió mi madre y nos quedamos con mi padre y mi abuela muy queridos. Pero faltaba algo,así es la vida de muchas familias no solo la mía.