Todos tenemos asociado a la primavera una imagen de flores, luz, comienzo de las buenas temperaturas… un cúmulo  de imágenes positivas que en algunas personas no se ajustan a la realidad ya que con la llegada de esta estación aparecen síntomas físicos que nada tiene que ver con la “alegría primaveral”.

Cansancio y falta de energía, debilidad muscular, alteraciones del apetito y del sueño, nerviosismo, Irritabilidad, dificultad para respirar son algunos de los síntomas que, en mayor o menor medida aparecen en aquellas personas que sufren de astenia primaveral.

Se trata de un trastorno temporal de adaptación a las nuevas condiciones ambientales por el cambio de horario, el aumento de las temperaturas o la humedad.

No es tanto una enfermedad como una sensación subjetiva causada por los cambios rítmicos característicos de esta época del año, que alteran los biorritmos del organismo y las secreciones hormonales que llevan consigo estos cambios.

Está comprobado que en esta época del año el sistema inmunológico se activa, cambia de alguna manera y por eso hay una mayor disposición a las alergias o una exacerbación de síntomas. Por eso quizás esa exacerbación inmunológica en algunos casos tenga una respuesta en cuadros de astenia con síntomas como el aumento de la irritabilidad o la disminución del humor.

Normalmente se trata de síntomas muy pasajeros, que probablemente la persona que los padece ya los haya evidenciado en otras ocasiones y por eso mismo haya observado que no constituyen nada grave. Simplemente hay que dejar pasar los días hasta que el cuerpo se adapte a los nuevos cambios de luz, la temperatura.

Consejos para astenia primaveral

Prevenir esta sintomatología es difícil, pero sí encontramos en algunas páginas que nos indican cómo podemos reducir las molestias y adoptar una serie de hábitos para recuperar la vitalidad cuanto antes relacionadas con nuestra alimentación:

Consejos para astenia primaveral
  • Ayuda a tu sistema inmunitario siguiendo una alimentación sana y equilibrada, rica en verduras de hoja verde, frutas, legumbres y cereales integrales, una dieta rica en vitaminas y minerales, proporcionando a tu organismo las vitaminas A, E, C y del grupo B, antioxidantes, y los minerales que necesita para combatir la fatiga y el decaimiento.
  • Da a tu organismo un extra de energía con productos como el plátano o los frutos secos.
  • Las comidas copiosas disparan los niveles de glucosa y aumentan la somnolencia así que come menos cantidad más a menudo.
  • Evita los dulces, bollería, etc., ya que aunque aportan energía de forma inmediata, luego provocan un «bajón» y más cansancio y hambre.
  • Mantén una buena hidratación.
  • Evita abusar de café o bebidas excitantes ya que aumentan el nerviosismo y dificultan el descanso.

Aparte de estos consejos en tu alimentación es muy bueno:

  • Activarte físicamente para luchar contra el cansancio y el decaimiento y reducir el estrés. Además nos ayudará a dormir mejor.
  • Tomar el sol.
  • Procura seguir unos horarios regulares de comidas, rutinas…
  • Acostarte un poco antes en esta época y procura dormir 7-8 horas.
  • Cenar ligero y al menos un par de horas antes de ir a la cama.
  • Deja de utilizar los dispositivos electrónicos unas 3-4 horas antes de acostarte.

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