El trabajo con madera enmarca una gran cantidad de técnicas y especificaciones que pueden ir desde la talla y modelado de relieves, la decoración de objetos con técnicas de incrustación, o el planteamiento y especificación para el trabajo de mobiliario. La carpintería, la ebanistería, la talla, la incrustación, el torno, calado o grabado, cada una de ellas conserva detalles técnicos en las que debemos aprender a dialogar con la materia prima, que es nuestra madera, entender cada beta, coloración o densidad, etc.
La experiencia del trabajo de la madera nos lleva a palpar con las manos y discernir con los demás sentidos, el propio material. Tenemos infinidad de opciones para trabajar la talla de madera. Conocer como nuestras manos son las mas fieles herramientas, son el “instrumento de los instrumentos”. El trabajo con la madera, se lleva a la adquisición de un manejo de las herramientas manuales como son las gubias, que relacionan directamente el trabajo de complicidad y profundo reconocimiento por el material que estamos trabajando, la madera.
La talla en madera consiste en sustraer de un bloque secciones del material con el fin de modificar su volumen, para esta actividad, el usuario puede utilizar maderas blandas o duras como el roble, castaño, cedro, la teca o el pino; las maderas duras son mas difíciles de esculpir dada su densidad, sin embargo, poseen un mayor brillo y resistencia, mientras que las maderas blandas son mas fáciles de moldear, pero menos duraderas. El primero es un proceso en el que se desbasta la madera, aquí el usuario elimina la mayor cantidad de material y determina la distribución, proporción equilibrio y volumen de la pieza, después se perfilan los contornos y se realizan los detalles para finalmente darle un acabado con alguna textura, policromía o barnizado.
Durante este proceso, el usuario trabaja con diferentes herramientas que le permiten dar forma a la pieza, algunas mecánicas como sierras y otras más básicas, necesarias y tradicionales como gubias o cepillos. Sin embargo, la parte más importante y de detalle, se lleva a cabo en una complicidad entre las herramientas tradicionales como las gubias, sus ideas y los movimientos que realiza con las manos para ir esculpiendo en la madera las formas deseadas.
Trabajar con las manos aporta un conocimiento del material que no se puede obtener cuando se trabaja con máquinas, como, por ejemplo, el modo en que cada tipo de grano responde frente a una hoja o como determinadas maderas resultan ser más indulgente, en tanto que otras muestran con mayor facilidad el más mínimo error.
En cualquier de los pasos a seguir en este taller, siempre tenemos una interacción muy cercana con la madera, en donde se está constantemente tocando la pieza para sentir la superficie o retirar los excesos que puedan quedar después de cada trazo. Siempre que trabajamos este tipo de materiales llegamos a sensibilizar nuestro tacto y capacitarlo con la práctica para razonar a través del tacto, es así como se consigue determinar la profundidad de un corte, el agarre adecuado de una herramienta, el número de corte que necesitamos o el acabado adecuado para darle brillo o matizar nuestra obra.
Es sin duda uno de los talleres donde más demostramos nuestro tacto y sentimiento a través de un material tan noble como la madera.
En este enlace podéis ver en abierto los videos publicados en la actividad de Talla de Madera de este curso:
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