La educación es la mejor herramienta para cambiar el mundo. Su rama ambiental no es ninguna excepción, pues fomenta una ciudadanía informada, activa y comprometida con el desarrollo sostenible. Nos proporciona herramientas para entender los principales retos del planeta, sus causas y las consecuencias de mirar para otro lado.
El 26 de enero se celebra el Día de la Educación Ambiental. Su origen se remonta a 1975, cuando se organizó en Belgrado el Seminario Internacional de Educación Ambiental. En el evento, donde participaron expertos y expertas de más de 70 países, se establecieron por primera vez los principios de la educación ambiental. De este importante encuentro salió la Carta de Belgrado, donde se incluyen las metas de la educación ambiental:
“Formar una población mundial consciente y preocupada con el medio ambiente y con los problemas asociados, y que tenga conocimiento, aptitud, actitud, motivación y compromiso para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones para los problemas existentes y para prevenir nuevos”.
Pero ¿Qué es la educación ambiental?
Se trata de un proceso orientado a despertar conciencia entre las personas sobre la importancia de cuidar el planeta. El objetivo es que no solo conozcan los problemas ambientales actuales, sino que pasen a la acción con las soluciones tanto locales como globales que tenga a su alcance.
En definitiva, que toda la población sea consciente y se preocupe por el Medio Ambiente a través de la educación.
Con estos objetivos se busca que la ciudadanía tenga conocimientos y herramientas para trabajar como colectivo, pero también de forma individual en cualquier problema que atañe al Medio Ambiente.