Es importante estar actualizado en lo referente a la alimentación ya que en ocasiones mantenemos creencias erróneas sobre las propiedades de determinados alimentos.

En este blog desvelamos algunos de esos mitos y curiosidades, que en alguno de los casos resultan de más sorprendentes.

MITOS Y CURIOSIDADES EN LA ALIMENTACIÓN

En la alimentación existen una serie de mitos que llevamos acarreando desde hace muchos años y en algunos casos su origen es más que curioso.

Uno de los mitos más conocidos es el de los huevos y el colesterol. El huevo es la proteína más completa que existe y, aunque es cierto que la yema es rica en colesterol, este apenas influye en la hipercolesterolemia. Numerosos estudios han demostrado que consumir huevos es muy beneficioso para la salud y, entre otras cosas, mejoran el colesterol bueno.

Los huevos son una fuente de proteínas de alto valor biológico. Contienen vitaminas A, D, E y K, y minerales como el fósforo, selenio, hierro y Zinc. No hay ningún problema en consumir huevos a diario, pero no hagáis como Sonya Thomas, que para conseguir un récord mundial logró comerse 65 huevos duros en 6 minutos y 40 segundos.

Uno de los casos más peculiares es el de la zanahoria y la vista. Aunque sus cantidades de betacaroteno y vitamina A son beneficiosas para la salud ocular, las zanahorias no mejoran en absoluto la vista. Este es un mito que arrastramos desde la Segunda Guerra Mundial cuando las fuerzas aéreas británicas ocultaron la invención del radar difundiendo el bulo de que sus soldados comían muchas zanahorias para cenar. De esta manera mejoraba su visión nocturna y eran capaces de ver con mucha antelación los bombarderos alemanes que intentaba atravesar por la noche el canal de la Mancha.

Lo que si es cierto es que la zanahoria es la hortaliza que contiene más betacarotenos. Mejora la salud de la piel y de las mucosas. Aporta vitaminas C y E, que tienen un gran poder antioxidante, así como vitamina B9 o ácido fólico.

Popeye, las espinacas y el hierro son otro de los grandes mitos de la historia. Se cree que el químico alemán Erich Von Wolf, que investigaba el contenido en hierro de los vegetales, olvidó poner una coma, otorgando 35 miligramos de hierro a unas espinacas que tan solo tienen 3,5. En 1930 Estados Unidos sufrió una gran crisis y una parte importante de su población pasó hambre. En aquella época era necesario comer mucho hierro debido a la anemia y se utilizó a Popeye en una campaña de marketing sin precedentes. Pero los niños, cuanta más espinaca comían, más se agudizaban sus problemas de anemia, y es que las espinacas contienen muchos oxalatos, fitatos y taninos, que son inhibidores de la absorción del hierro por el sistema digestivo.

Aunque existen alimentos con más hierro, como las lentejas, el repollo o el hígado, no debes dejar de comer espinacas ya que contienen otros nutrientes muy beneficiosos para la salud.

El azúcar es necesario para el cerebro. Es cierto que nuestro cerebro necesita glucosa para funcionar correctamente, pero esa glucosa la obtiene de hidratos de carbono como las legumbres, frutas, verduras, hortalizas o cereales. En definitiva, todos los alimentos que ingerimos acaban siendo reconvertidos, en mayor o menor medida, en glucosa, es decir, en energía para el organismo.

El consumo de azúcar obstaculiza la capacidad mental, afecta al estado de ánimo, incrementa en el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, produce insuficiencia hepática, estimula el almacenamiento de grasas y el consiguiente aumento de peso, y crea una adicción comparable a la de la cocaína.

Hay que tener cuidado ya que numerosos productos salados también contienen grandes cantidades de azúcar.

Consulta la cantidad de azúcar de los alimentos en sinazucar.org

Al margen de estos mitos y curiosidades, lo importante es mantener una alimentación equilibrada, introducir vegetales en la dieta, no abusar de la proteína animal, consumir grasas saludables, mantener una correcta hidratación y realizar actividad física regularmente.

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