LAS CASTAÑAS

El otoño nos regala cada año un fruto que, crudo o asado, es una delicia: la castaña. Es el fruto otoñal por excelencia y, además de sabrosa, cuenta con numerosos beneficios para nuestra salud. A destacar, las castañas son una gran fuente de minerales como el magnesio, el potasio (recomendable para prevenir y controlar la hipertensión), el hierro y el fósforo.

¿Qué beneficios tiene la castaña?

  • Son un alimento ideal para satisfacer el apetito.
  • Fortalecen el sistema óseo.
  • Estimulan el funcionamiento del sistema nervioso.
  • Son positivas para personas con diabetes.
  • Contienen aminoácidos.
  • Protegen la salud cardiovascular.
  • Son buenas para la digestión.

¿Qué proteínas tiene la castaña?

La castaña es el fruto seco más rico en hidratos de carbono complejos y, en especial, en almidón. Al contrario de lo que sucede con las avellanas y las nueces, aporta pocas grasas y una dosis moderada de energía.

castañas con su cascarón

Diez curiosidades de las castañas que te sorprenderá conocer.

1. A pesar de ser un fruto seco, se parece más a un cereal

Su composición es muy chocante si se tiene en cuenta que se trata de un fruto seco, ya que son mucho más similares a un cereal. El motivo es que su carne es harinosa, con un 44% de hidratos de carbono y tan solo 1,25% de materia grasa y un 1,63% de proteína.

2. Son mayoritariamente agua

El 52% de las castañas es agua, lo que las hace en realidad un fruto seco con un contenido calórico muy bajo. Por otro lado, si las consumimos asadas debemos tener en cuenta que perderán parte de su agua, pero su baja digestibilidad -son muy harinosas- también hará que las comamos con mesura.

3. Son ricas en fibra

Además, buena parte de los hidratos son fibra tanto insoluble como soluble, lo que hace que retrasen mucho la absorción de azúcares libres. A pesar de su dulce sabor, son aptas con moderación para los diabéticos. Si unimos a que no suben el índice glucémico su bajo poder calórico, estaremos ante uno de los frutos secos más indicados para acompañar una dieta.

4. Se pueden comer crudas

En efecto, aunque lo normal es consumirlas asadas, se pueden comer crudas, aunque por su alto contenido en taninos y fibra insoluble se pueden hacer demasiado indigestas. Si se comen crudas, la ventaja es que el fruto conserva todo el rango de vitaminas: C y buena parte de las catalogadas en el grupo B, así como ácido fólico. Se recomienda para ello dejarlas almacenadas de siete a diez días tras la recolección para que baje el índice tánico, así como consumirlas con moderación.

5. Es muy importante masticarlas bien

Al ser ricas en almidón, su estructura es muy harinosa; para que el almidón libere los azúcares que le dan el sabor agradable, es necesario que las enzimas de la saliva lo descompongan poco a poco. A ello ayuda una masticación pausada donde se mezcle bien el alimento.

6. Tienen un potente efecto laxante

Tanto por la presencia de altos contenidos de fibra insoluble y taninos como por su bajo índice en grasas, al estimular en la vesícula biliar la producción de sales biliares, estas no incidirán en la captación de grasas sino que pasarán a estimular los movimientos del tránsito intestinal, favoreciendo la deposición en personas con problemas de estreñimiento.

7. Son diuréticas

Tienen un importantísimo aporte de potasio -casi medio gramo por cada 100 gramos-, un regulador de la membrana celular que estimula el descenso de la tensión arterial y la diuresis.

8. Previenen los calambres

Aunque no en las proporciones de la leche, el aporte de las castañas de calcio es interesante -120 mg por 100 gramos-, pero sobre todo destaca por los 30 mg de magnesio por 100 gramos que la hacen, junto al aporte de potasio, un fruto seco ideal para prevenir la contracción muscular involuntaria que se produce en los calambres.

9. Se pueden usar para hacer pan

En efecto, al tener una alta proporción de almidón tienen una textura harinosa que permite desecarlas y pelarlas luego con calor, pero sin cocción, para posteriormente molerlas y conseguir la llamada «harina de castañas pilongas«, típica de la zona de Galicia. Con esta harina se suelen elaborar panes y repostería tradicional. En la isla de Córcega se elaboran unas gachas con la harina llamada a polenta y que se comen con queso.

10. Son perfectas para veganos

Además de todas los aportes citados, su alto contenido en fibra, su baja materia grasa y poder calórico, las castañas destacan porque su fracción proteica contiene todos los aminoácidos esenciales para el ser humano, siendo así catalogable como proteína de alta calidad. Dicho esto, cabe destacar que la proteína es solo un 1,63% de la castaña y por tanto su aporte es bajo; pero son interesantes como complemento para personas veganas.

En este mes de noviembre o a finales de octubre con la llegada de la seronda (otoño) de Oriente a Occidente, se celebra en casi todos los rincones del Principado de Asturias, una tradición muy popular, el Amagüestu. Es la Fiesta de las castañas o Fiesta del Amagüestu, del Amagüesto, del Magüestu o fornaos. Ésta, es una fiesta gastronómica, pagana y anual cuyo inicio se pierde en la noche de los tiempos y que se debe a que las castañas eran el principal nutriente del invierno ya que en tiempos pasados estos meses eran durísimos para las gentes asturianas.

Para los asturianos la celebración del Amagüestu simboliza la amistad.

Aquí os dejamos una receta con este superalimento. Te atreves a enviarnos la tuya  infocsoviedo@gmail.com

Crema de castañas
Tarrina de crema de castañas

Crema de castañas

Os explicamos cómo hacer crema de castañas o dulce de castañas, una elaboración tradicional de la cocina francesa.

Ingredientes (para 6 botes de 500 gr):

  • 2 kg de castañas
  • 1.5 kg de azúcar
  • 2 vasos de agua
  • 1 vaina de vainilla

Elaboración de la receta de crema de castañas:

Haz un corte circular en la parte superior de cada castaña.

Pon las castañas en una cazuela y cubre de agua fría. Pon a hervir de 7 a 8 minutos. Escurre y pela todas las castañas.

Una vez peladas, vuelve a cocer las castañas en agua templada durante 5 minutos. La castaña está cocida cuando se puede aplastar con facilidad.

Tritura las castañas con la batidora, robot o pasapurés hasta obtener un puré fino.

En una cazuela grande, pon el azúcar, los dos vasos de agua y la vaina de vainilla abierta para obtener un sirope espeso de azúcar. Cuece a fuego fuerte durante 3 minutos.

Añade el puré de castañas al sirope y mezcla fuertemente. Sigue cociendo a fuego lento durante 10-15 minutos removiendo a menudo. La crema de castañas se espesará y oscurecerá.

Para comprobar el espesor de la crema de castañas, coge una cucharada de crema y vuélcala. Si la crema de castaña no se mueve, está lista.

Apaga el fuego y llena los botes de cristal con la crema de castañas. Cierra los botes inmediatamente y dales la vuelta. Déjalos boca abajo durante 24 horas para que haga el vacío.

Conservación:

La crema de castañas se puede conservar hasta un año en un lugar fresco y seco.

Uso de la crema de castañas:

La crema de castañas es ideal para acompañar queso fresco, yogur natural, untada en una rebanada de pan para el desayuno o como guarnición del tronco de Navidad o «Bûche de Noël».

También se puede utilizar en la repostería, por ejemplo, para elaborar una tarta de castañas o acompañar un helado.

Consejo:

Si quieres ganar tiempo, puedes comprar castañas congeladas y cocerlas en la olla rápida. En este caso, hay que llenar con agua a la altura de las castañas sin llegar a cubrirlas, contando 10-15 minutos desde que la olla empieza a silbar. En el mercado también se pueden encontrar castañas cocidas en conserva listas para consumir.

COCINA Nube

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